El mal

Las leyendas surgen de crónicas que pasan de generación en generación. Claro que hay varios factores que hacen que no llegue la historia tal cual ocurrió, primero la percepción de la persona que lo vivió, la importancia que tuvo en su vida y lo mucho o poco que añadió para que el oyente se quedara quieto escuchando el relato de principio a fin.

Cuando mi abuelo era joven, me tenía horas y horas escuchando sus historias, claro con añadiendo cosas místicas y heroicas que le daban ese toque fantástico que podía atrapar mi atención por completo. Ahora ya es un hombre viejo que no quiere olvidar y cuenta rápidamente las historias no se si es porque no quiere apartarse del tema o simplemente ya no recuerda lo anteriormente inventado y prefiere contarlas tal y como sucedieron.

Esta historia me la contó mi papá como se la contaba mi abuelo, cuando le a mi abuelo que la contara otra vez para corroborar fue mucho mas corta, con permiso literario les cuento la versión mas interesante solo para atraer un poco su atención.

Resulta que en el Pueblo de Santa Cecilia Xochimilco cuando mi abuelo era niño a un joven que vivía solo con su hermana lo mordió un perro con rabia, en ese momento no había cura posible para este terrible mal, la gente del pueblo viendo el desenfreno demente que crea esta enfermedad decide encerrarlo en un cuarto cerca del pozo. Pasaban los días y solo se escuchaban en todo el pueblo los gritos de auxilio y dolor de este hombre, la gente se cansó de escucharlo así que decidieron amarrarlo y llevarlo a al bosque para amarrarlo en unos troncos viejos y esperar en el momento en que muriera. Lo que no se percataron es que los troncos tenían alacranes y estos picaron al hombre. Pasaron los días y unos leñadores pasaron cerca que donde él estaba ya consiente les dijo que lo habían asaltado y amarrado en ese lugar, los leñadores lo desamarraron y el hombre volvió al pueblo completamente curado.