miércoles, mayo 20, 2009

Pidiendo a la novia

Este es el primer post después de mucho tiempo, y ya se imaginarán por el título de lo que hablaré.
El sábado pasado le pedí a Katya que se casara conmigo, fué 16 de mayo del 2009.
Empecemos pués con el relato.
Los orígenes más remotos datan de diciembre del año antepasado y de enero del pasado que un amigo hizo lo mismo, y de su boda el 17 de noviembre. El muy desgraciado con insistencia me contaba cómo remodelaba el departamento en que ahora vive, y después de que se casó de lo feliz que es. Y de vez en cuando me decía "Mike, ya deberías de animarte".

Formalmente todo empezó en la mañana del 13 de abril que compré el anillo. Horas dando vueltas como mayate rindieron su fruto: un anillo de la talla exacta (ni más chico ni más grande), poco convencional (no es un solitario, los que me conocen saben que tengo problemas fuertes con los convencionalismos sociales) y a mi gusto. Entre buscar, comprar y esperar a que le dieran una pulida al anillo sali como a las 16:50 del centro, y ya ni comí ese dia porque tenía que ir a que me revisaran mi tesis a la UNAM a las 17:30 y se me hacía tarde.

Poco rato después, en la UNAM, me regresaron cruelmente la tesis, sentí una gran decepción porque yo pensé que ya todo estaba listo. En realidad no fué por crueldad ni de mala fé ni nada por el estilo, la tesis sí tenía sus problemas y lo que me pidieron fué bastante racional y hasta necesario, pero yo lo sentí como una gran decepción.
De ahi empezó un largo peregrinar con los revisores de la tesis que culminaría casi 2 meses después.

Mientras tanto el anillo estuvo en mi casa guardado, cada vez que lo sacaba un momentito para verlo, se me crispaban los nervios que alguien me fuera a ver, y me ponía contento de tenerlo y de malas de no poderlo dar, según mi propio [muy elaborado] plan.

Vino y pasó la influenza. Poco después tuve por fin mi quinto voto aprobatorio y por tanto tenía por fín luz verde para proseguir!! En cuanto pude mandé imprimir mis tesis.

Aunque estaban desde el 12 de mayo, el 14 de mayo fui por los tomos. Sólo estaban los de blanco y negro, porque su impresora de color estaba descompuesta, pero con eso era suficiente, y quedé de recogerlos después. De hecho terminé mandando a mi hermana la siguiente semana. Como en mi casa no sabían, sólo me llevé las tesis que pensaba usar inmediatamente para dárselas a los sinodales y las demás las dejé en mi locker del Posgrado de la UNAM. De ahi salí para darles sus tesis a varios de los tutores y sinodales. Desde hacía un tiempo le había contado a Lupita de mis planes, y cuando me vio con la tesis me deseó buena suerte.

Por fín llegó el gran dia de elaborar la sorpresa. El plan era simple: convertir una tesis en una cajita de anillo de compromiso, al estilo de esos libros que se usan para esconder joyas o dinero. El viernes en la tarde, fué el dia que hice la sorpresa. Con mucho pegamento IRIS (no pregunten como quedé de tanto thinner) pegué todas y cada una de las hojas de la 5 a la 121. Luego con un dremel (pequeño taladro manual) y un disco cortador de diamante le hice un hoyo cuadrado de 4cm horizontalmente al centro y verticalmente un poco más arriba del centro, y me costó un trabajo inmenso cortar tanto papel. Con el cartoncito y la telita del interior de una caja de anillo, hice un interior para mi caja especial, porque los bordes del papel quedaron medio feos. Casi para terminar le puse un listón con un moño (que he había regalado mi hermana: sospecha #1), y como el moño se deshacía solito, le pedí mi pistola de silicón (hot melt) a mi hermana, y como no la encontró, me ofreció traerme una para el lunes pero le respondí con un "ahora o nunca" (sospechas #2 y #3), y como no hubo, le pedí barniz de uñas. Mi hermana sabía que la tesis era algo extremadamente importante para mi, y le extrañó que la estuviera desgraciando (sospecha #4), pero como tenía fiesta con invitados en la casa, pues ya no pensó mucho al respecto, al menos por esa noche. Como toque final, pegué el listón por detrás, otras 3 páginas para que ocultaran la parte de atrás del hueco y corté un cuadrado un poco más pequeño en las hojas 1 y 3 (la tesis está impresa por ambos lados) y las pegué al resto, para que taparan los bordes de lo que estaba por debajo. Así quedó terminado el porta-anillo.

La mañana de EL DIA, estuve super nervioso, pero me pude aguantar [con un trabajo inmenso] las ganas de publicar a los cuatro vientos la fechoría que en unas horas trataría de consumar. Y si se me chispoteaba, estaba todavía el domingo. Aplazarlo más allá no era opción porque no me iba a poder aguantar ni el secreto ni las gasas.
Ese dia había 2 fiestas post-influenza: la presentación al Templo de una prima de 3 años de Katya, y en la noche la fiesta de cumpleaños de Jesica.

Salí de mi casa, y mi hermana me vio salir de traje (sospecha #5), pero ya ni le dije a donde iba, ella supuso que iba con Katya.
Pasé por Katya a su casa, iba de traje (la corbata estuvo en la cajuela todo el tiempo, por eso de la moda de la influenza), pero nos fuimos rápido porque todavía había que comprarle un regalo a la primita. Fuimos por el regalo y de ahi a Tlalpan, nos agarró la lluvia (=tráfico terrible), llegamos a media ceremonia a la Iglesia y salimos 20 minutos después, y nos fuimos a la fiesta familiar que hicieron las tias, tios y papas de la niña. En la fiesta hubo un payaso del sexo femenino que dejaremos en demasiado insistente conmigo, al principio fué chistoso, después ya hartó. Ese es el problema de estar en la primera fila de mesas.

Casi al final de la fiesta llegó un ratito la mamá de Katya, y poco después nos habló el papá para decirnos que necesitaba urgentemente unos formatos de pagaré de los que venden en las papelerías. Ya casi nos ibamos a buscarlos en sabado 19:30hrs, cuando Katya le preguntó a una de sus tias, y voilà, tenía 3 pagarés, así que ya no hubo necesidad de ir a buscarlos, lo que nos permitió quedamos un ratito más. Todo el tiempo tuve guardado el anillo en la bolsa del saco que no me quité ni un instante, así estaba más seguro. Por su parte la tesis estaba en una bolsa negra de plástico abajo de un asiento del auto. Como a las 20:30 nos pasamos a retirar para irnos a la otra fiesta, justo a la hora que empezaron a poner música para bailar y pese a los ruegos de una de sus tias.

Y aquí empeza lo bueno.

Pasamos a su casa, para que se cambiara porque traia un vestido amarillo de verano y ya le estaba dando frio en la noche. Le pedí que no se cambiara todavía, y medio a regañadientes me hizo caso. Mientras tanto, saqué la tesis del auto, me metí al baño de la planta baja de su casa y saqué el anillo del saco y de la bolsita que lo traia, le di la última limpiada con una franelita que traia, lo metí en la tesis, y regresé la tesis a su bolsa negra.

Ella ya me estaba esperando queriendo saber porque le había pedido que no se cambiara todavía. Así que le dije si salíamos tantito, y cuando se enteró que era al parque y a esa hora (casi las 9pm), puso cara de "que rayos", pero empezamos a ir. No bien habíamos salido de la casa, llegaron sus papás y nos preguntaron a donde ibamos; los 2 estabamos muy nerviosos, y yo no quería soltar prenda, ella les dijo "a la tienda a comprar unas cosas", y cuando nos preguntaron a qué tienda y que cosas, pues ya no supimos responder, ya sólo les dije "regresamos rápido". Nos hubieran dicho de cosas si les decíamos que íbamos al parque, así que fué mejor la mentira piadosa.

Aunque tomamos la ruta usual, que también es la más corta , el camino al parque fué más largo de lo acostumbrado, o al menos yo así lo sentí. Ibamos platicando, pero de los nervios no recuerdo nada.

La elección del parque fué una decisión deliberada, porque tiene un significado especial. En ese mismo parque un 29 de enero de 2005 le pedí a Katya que fuera mi novia mientras regresábamos de ver "The Fockers" en el cine. El de la idea de hacer la propuesta en el mismo lugar que nos hicimos novios fue de Cantón que le pidió a su ahora esposa, Alicia, recorriendo una ruta entre los salones del Tec lo más parecida a cuando se hicieron novios.

Llegamos pues al parque. Estaba completamente obscuro, sólo iluminado puntualmente por ténues y amarillentas luminarias de vapor de sodio. Yo hubiera querido que fuera en exactamente el mismo lugar que le pedi que fuera mi novia, pero es un caminito que serpentea entre el pasto y ahi no hay lámparas, así que busqué un lugar en donde hubiera suficiente luz, y que no estuviera muy dentro del parque, no nos fueran a asaltar en descampado (que dramático me estoy viendo, en realidad el parque es muy pequeño). Afortunadamente había una luminaria de vapor de mercurio (luz blanca) en la banqueta perimetral del parque. Proyectaba una brillante luz blanca así que decidí que sería EL lugar. Dimos un pequeño rodeo para evitar un charco abajo de la banqueta remanente de la corta pero intensa lluvia de la tarde, pero por no pasar yo por un charco encima de la banqueta, sin querer la pasé a ella, lo cual me fué prontamente reclamado porque se le mojaron un poco dado que llevaba sandalias. Si no me hubiera reclamado, ni me hubiera dado cuenta de lo nervioso que estaba. Saltamos un par de charcos más, y llegamos al pie de la luminaria elegida...

Prontamente procedí a quitarle a la tesis su espeso envoltorio, y se la di agregando: "Mira, es mi tesis, ya la imprimí" (no le había dicho que ya la había mandado imprimir, tampoco que me había cortado el pelo después de 5 meses). Ella la vio, leyendo las letras doradas de la pasta mientras la ladeaba de arriba a abajo para aprovechar la poca luz que llegaba. Luego la abrió, vio la portada, pasó la hoja y vio la dedicatoria. Pasó la hoja y empezó a ver los agradecimientos, pero le pasé la hoja porque haberlos leido hubiera arruinado la sorpresa. Entonces empezó a ver el índice, con todos sus capítulos y secciones mientras yo me animaba a decir el discurso confunde-novias que había pensado con anterioridad. Mientras veia la página del índice, yo buscaba con el meñique la página 1 donde está el anillo. Una vez que ví en el borde "Capítulo 1", justo junto a las páginas que estaba levantando, supe que abriría la página correcta así que me armé de valor y comencé.

En esta tesis, se plantean varias cuestiones, algunas de las cuales se responden y otras no

Y me empezó a ver con cara de pobrecito ahora sí se esta volviendo loco. Mientras yo continuaba.
... Pero hay una cuestión fundamental que se plantea en la tesis, pero no se intenta responder...

Y con un rápido movimento, descubrí la hoja donde estaba el anillo y le dije tomando a Katya totalmente por sorpresa:
... ¿Quieres casarte conmigo?

En este momento se me quitó lo nerviso que me habían hecho hasta tartamudear un poco.

Katya, escuchó la escueta propuesta, vio el anillo, y me abrazó brevemente, sin decir palabra, con el rostro desencajado.

Me soltó y volvio a ver el anillo. Cerró la tesis y me abrazó de vuelta. Un abrazo fuerte y prolongado. Recargó su cabeza en la solapa izquierda de mi abrigo. Comenzó a llorar. Luego me volteó a ver, lloraba y sonreía. Pero aún llorando tenía una expresión radiante. Su sonrisa resaltaba las lágrimas que se agolpaban para salir. Nunca olvidaré la visión de 3 gruesas lágrimas corriendo lentamente por su mejilla derecha, que era la que no secaba la solapa de mi abrigo, lágrimas de que mezclaban de forma intensa todos los sentimientos e ideas habidos y por haber. Gozo y tristeza, la culminación de una gran espera, y el comienzo de otro largo camino.

Después de un largo silencio, volvió a abrir la tesis y atinó a decirme algunas frases que con la emoción han pasado a formar parte del olvido casi del todo, sólo me acuerdo de lo siguiente:

... desde hace cuanto tiempo que yo ya estaría contigo, si me lo hubieras pedido...


Para mi, Ese fué el Sí.

Después de un beso cortito y otro largo abrazo me dijo: "bueno, vamos, que se nos hace tarde". Así que emprendimos el camino de regreso a su casa. Como el anillo seguía dentro de la tesis, yo pensé que no se le había ocurrido sacarlo y burdamente le dije: "Si quieres sacar el anillo por favor no deshagas el moño, está pegado con barniz de uñas", y ella me preguntó: "¿entonces como lo saco?" a lo que respondí: "lo puedes sacar jalándolo por arriba del moño".

Ya habíamos dado los primeros pasos de regreso, entonces, abrió la tesis, sacó el anillo y se lo puso. Fué cuando vi con gozo que era exactamente del tamaño necesario. Entró como el adagio popular reza: "como anillo al dedo". Para los que se pregunten como es que fué esto posible, en realidad es trampa: nuestras manos son del mismo tamaño, de eso me percaté una vez que vi juntos nuestros anillos de generación de licenciatura.

En contraste, el camino de regreso fue corto. Sin ningún nerviosismo ahora, pensaba en lo que acaba de hacer. Katya estaba todavía un poco confundida con tantas cosas que habían pasado, pero poco a poco le caia el 20. Fué entonces que le enseñé los agradecimientos y su arriesgado inicio en "Quiero agradecer a mi promedita Katya ...".
Varias personas se impresionaron de mi arrojo de mandar imprimir semejante cosa en las tesis, incluso yo bromeaba que si las cosas salían mal, hubiera tenido que re-imprimir varias de las tesis para quitarle semejante detallito, al menos en las que diera a mi familia, y que no quedara "huella permanente" alguna. Afortunadamente no se tendrá que mandar nada a re-imprimir.

Al doblar la esquina para llegar a su casa le pregunté si planeaba decirle a sus papás en ese momento o qué pensaba hacer al respecto. De la impresión ni se le había pasado por la cabeza el tema. Le pregunté si quería seguir yendo a la otra fiesta, y me dijo que sí. Entonces le sugerí que se quitara tantito el anillo porque si lo veían sus papás no ibamos a ir a ningún sitio, a lo que recibí un "no se van a dar cuenta". Tragué saliva, tal vez su papá no se daría cuenta, pero y su mamá??. Pero ya que se cambió, ví -no sin cierto alivio- que no lo traia.

Su mamá le decía a una Katya ya sonrientona "hijita, ya mejor quédense, ya no salgan, es tarde", y Katya le dijo "si vamos a ir mamá, un rato y nos regresamos". Después de un rato de estar en la fiesta me confesó que se tenía que salir de su casa en ese momento o sus papás se hubieran dado cuenta.

Pues salimios hacia la fiesta de Jesica. No bién habíamos atravesado la puerta de la casa, se puso el anillo. Su mamá le dijo desde la ventana que no regresaramos muy tarde. Pasamos enfrente de la casa de Tajín de las tias de Iván. La cita era a las 8:30, llegamos como a las 9:40. Una casa vacía que se ve que la utilizan para fiestas. Punchis punchis a todo volumen. Todavía había pocos invitados. De los que conocíamos había unos poquitos de la UP y otros poquitos de esmas.

Jesica nos recibió y nos sentamos por ahi, poco después pasó y Katya la llamó. Estabamos muy cerca de una bocina y su punchispunchis opacaba casi cualquier sonido, así que le dijo al oido: "mira" y retrocedió un paso mientras levantaba su mano derecha para enseñarle el anillo. En cuanto Jésica lo vio, del saltó casi rompe el yeso del techo y gritó más fuerte que la bocina. Se abrazaron y todo eso, me felicitaron a mi y pasó.

Nos fuimos a sentar a un ladito donde estaba un poco menos fuerte la música, Después de un ratito, llegó Itzcoatl a felicitarla, y luego me dice "lo puedo felicitar también a Ud.? Felicidades!!" Se me hizo tan rato eso del Usted. Todavía no me logro acostumbrar, a pesar que en la UP también me tratan de forma muy formal diciéndome Sr. Profesor o Ingeniero.

Estuvimos otro ratito los 2 estabamos como drogados de la emoción, y entonces se animó a decirle a Alejandra la diseñadora. Le hizo señas hasta el otro lado de la sala de Ven Ven con la mano, y Alejandra se las respondió para que Katya fuera. Al final la insistencia de Katya ganó. Alejadra se paró y atravesó el salón. En lo que caminaba, Katya se levantó y adoptó la misma posición para que viera su mano. La felicitó, de una forma mucho menos efusiva que Jesica, pero no menos sincera. Fué cuando Alejandra me dijo: "Hay inge ya se había tardado, hace al menos 2 años que estabamos esperando este dia", se enteró que tenía tal vez poco más de 1 hora de entregado y luego añadío: "déjenme darles un abrazo", y que nos jala a los 2 y nos da un abrazote de osa. Luego nos dijo que qué hacíamos los 2 ahi solitos, así que nos fuimos a sentar junto a donde ella estaba. Después de varios intentos de acomodo, encontramos una posición que no me daban directo las luces (a mi me molesta y hasta me asusta si me dan luces fuertes directo en los ojos). Ahi Alejandra le comunicó la noticia a su novio/esposo/acompañante el cual también nos felicitó y nos preguntó si ya nuestros papas sabían, supo entonces que todavía no...
La fiesta transcurrió sin más novedad, aparentemente nadie más se enteró, derrepente se cansó el DJ de su música elektronika (a nosotros 4 ya nos tenía hartos al punto de estar pensando en abandonar inmediatamente el lugar) y empezó a poner música más bailable, así que nos pusimos a sacudir un rato la polilla. Como a la 1am, y después de 3 llamadas de mi casa, nos retiramos ya cuando el ambiente había prendido, y la dejé en su casa, no sin el consabido consejo del hipócrita: "quitate el anillo".

Por mi parte, nadie me hubiera podido preparar para lo que me esperaba en mi casa y que será tema de un nuevo post en el futuro cercano. Ahorita ya no le sigo porque estoy muy cansado y ya me quiero dormir temprano por primera vez en semanas.

Espero que les haya gustado como sucedió, y no se hayan aburrido o perdido en los detalles, y próximamente se enterarán de la 2ª parte de la historia. Espero también que en algún momento Katya aporte su propia versión de los hechos.
 

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