Hace un año que cambió mi vida por completo, hace un año comprendí lo que realmente
significa un motor de cambio, ahora mi vida es otra, una personita con una sonrisa
vino a cambiarlo todo.
Creo que a todos los que estamos cerca nos ha enseñado algo: A mi suegra ya le enseño a llegar 10 minutos o tres horas tarde
a la oficina, ya siempre hay tiempo para jugar un ratito mas, a Don Antonio le ha
enseñado como es tener un pedacito tan chiquito y quererlo tanto, a mi papá
creo que lo ha hecho un poco menos orgulloso no hay orgullo que valga el no ver
esa sonrisa, a mi suegro lo levanta ya varias veces de su silla sino para tomar
una foto para levantar algún juguete que pide con desesperación.
Pero yo en este año que ha estado conmigo le debo mucho, le
debo todo:
Aprendí que el mejor
trabajo no es en el que te paguen mejor, sino en el que puedas vivir tu vida de
mejor manera, que soy capaz de hacer amigas en los lugares mas insospechados
y con gente con la cual solo tengo en común el ser madre y que se puede
emprender cualquier cosa con miedo pero con mucha razón.
Gane una amistad más cercana de mis cuñadas-comadres,
también me he acercado más a mis primas todas, creo que al fin han visto que también
soy humano, no esa niña tímida que quien sabe que piense todo el tiempo.
Ahora se que los mejores juguetes no son los más caros y que
muchas veces una lata vacía de leche o la envoltura de cualquier cosa es más
divertido.
Para mí es un honor estar
al lado de este gran hombre que es el padre de Pilar, él que es capaz de llevar
toda la carga económica sin dudar o quedarse con ella un par de horas para que
yo pueda seguir y construir mis proyectos personales.
Gracias a Dios por tráela
conmigo, gracias a ella por escoger a esta persona tan imperfecta como madre,
que lo único que puede ofrecer es quererla con todo su corazón y su ser. Gracias Dios porque al fin siento algo
realmente mío y solo mío MI FAMILIA. Seguiré adelante con errores y aciertos a
diario, pero ahora con este motor tan real, tan tangible. Y no se confundan
Pilar no es mi mundo, se que para seguir adelante tengo que construir el mío, esta
será la única manera en que ella construya el suyo, pero ahora la vida ya no es
un trabajo, ya no es dinero en la cuenta, ya no es querer un viaje, ya no es pagar
una deuda, ahora es esa sonrisa de todos los días, ese llanto, esa mordida, es
sentirse feliz solo para que ella se sienta feliz, es tratar todos los días dar
más y ser mejor porque este motor lo
tienes en tus brazos. El inmenso amor de Dios lo veo a diario en la sonrisa de
mi niña.